jueves, 13 de junio de 2013

La maternidad de la A a la Z: D de... Desarrollo

Llego por los pelillos esta semana tambien al carnaval iniciado por Trimadre a los 30. Tras revisar el tochazo que he escrito, me doy cuenta de que parece más un post normal que uno sobre la Maternidad de la A a la Z,... pero desde luego una cosa que no tengo ahora mismo, es tiempo para escribir 2 posts por semana :( 



Esta semana la D me viene al pelo para hablaros de una cosa que me preocupa desde hace algún tiempo: el desarrollo de Pekachu. Bueno, ¿a quién pretendo engañar? Me preocupa desde el día que vi esas dos rayitas en el test de embarazo, o incluso desde que empecé a tener sospechas, si me apuráis. Y es que es algo muy propio de la maternidad, ¿no creéis?

La RAE le da unas deficiones bien raritas a la palabra "desarrollo", y yo que pensaba que era siemple... La wikipedia se extiende demasiado para explicar algo que seguro que a todas las madres nos resulta sencillo, y a su vez, tremendamente complicado.

Cuando nos quedamos embarazadas, pasamos al menos una hora de cada día preguntándonos si el alien está creciendo adecuadamente, si se está formando bien, si está sano... En mi caso además, una vez que supe que era niño, también me preocupó que se desarrollara bien su látigo-cepa (o lo que es lo mismo, su pene)... sí, reiros, pero yo me preocupo por TODO, incluso por cosas como esas... Pero seguro que los hombres que lean esto estarán de acuerdo conmigo en que el tamaño les importa, y mucho.

Por suerte, mi peke nació muy sanito, pero desde un principio ya dió señales de ir a ser lento para todo. Nació a las 41 semanas de embarazo, y habiendo pasado 29 horas desde la primera contracción hasta que decidió asomar la cabeza al mundo. Superadas las preocupaciones sobre su desarrollo embrionario, vinieron las preocupaciones sobre su desarrollo psicomotor, asi como de su crecimiento. Nació con 48'5cm y 3,200gr, normalito, si acaso un poco bajo. Con 6 meses midió 65cm y pesó 7,950gr. Y con 1 año 72cm y 9,200gr. Durante mucho tiempo estuve casi obsesionada con las dichosas tablas de percentiles, donde Pekachu estaba en altura siempre por debajo de la media (sin embargo en perímetro craneal los ganaba a todos). Hasta que me dí cuenta... ¿qué esperar cuando su madre mide 1,57cm? Es mi canijillo, y tiene su parte buena, ¡aún usa ropa de 6-9 meses! le saco mucho más provecho.

Como digo, mi preocupación principal viene por su desarrollo psicomotor. De nuevo esas dichosas tablas sobre los hitos del desarrollo que te marca cómo debe evolucionar tu hijo y te recomienda llevarlo a un pediatra si no los alcanza a su debido tiempo.

Si en la media un niño debería girarse a partir de los 2 meses, Pekachu no lo hizo hasta los 7. Si debía aprender a sentarse solito con 5-6 meses, él no lo hizo hasta los... no sé, ¿10 meses? Aunque sí que se mantenía sentado a su debido tiempo. Si a los 8 meses un niño dice adios con la manita, da palmas o tira besos, Pekachu empezó a hacerlo alrededor del año (lo de los besos aún estamos perfeccionándolo)...  Empezó a arrastrase por el suelo al estilo comando con 8 meses, y a gatear adecuadamente al año. A sostenerse de pie agarrado a muebles sobre los 7 meses, y aún a día de hoy no camina solo, tiene un miedo atroz, le basta con sujetarme un dedo y camina perfectamente, pero a la que lo suelto, no se cae, se sienta.

Con el tiempo he ido aprendiendo a respetar su ritmo, a aceptarlo tal y como es, a ayudarlo y estimularlo, pero no a forzarlo. Se supone que debería caminar con 15 meses que tiene, pero tiene miedo, y no voy a forzarlo a hacerlo, lo hará antes o después, cuando se sienta preparado. Son otras cosas las que me preocupan ahora, y como le he comentado al médico (porque sí, lo estoy hablando con médicos) creo que todo puede resumirse en una sola cosa: es MUY independiente. Seguro que muchas mamis que tienen a sus peques alrededor cual satélites, pueden pensar que tengo mucha suerte de que sea independiente, pero creo que su independencia ha llegado al punto de ser perjudicial para su desarrollo. Y es que prefiere estar jugando solo gateando por toda la casa al grito de "I-A I-A I-A", le gusta ver la tele (y se queda hipnotizado con ella), no nos presta demasiada atención cuando le hablamos o queremos jugar con él, y claro, si no mira, dificilmente puede copiar...

He pensado que le falta socializar con otros nenes, ya que no va a la guardería (lo que es casi prohibitivo en Irlanda si no trabajan los dos  padres) ni tenemos familia ni demasiados amigos cerca, pero por suerte he descubierto unas especie de ludotecas en un par de centros comerciales, totalmente gratuitas, donde podemos pasar el día si queremos. Pero de nuevo, no presta atención a otros niños, no intenta jugar con ellos, ni seguirlos, va demasiado a su aire.

Sobre el tema del desarrollo en su habla, empezó muy bien. Con 2 meses ya hacía sus ago y sus balbuceos, y sobre los 6 dijo su primer "papapapapa". A los 10, más o menos, me sorprendió con un desgarrador "maaaaaamaaaaaaaaaaa" cuando lo metí en su parque, pero sin embargo ahora practicamente ha dejado de decirlo. Solo hay una palabra en su vocabulario (y la dice cuando quiere, está claro) que es "abu". Es decirle "quieres ver a abu?" por la webcam, y venir disparado al ordeandor diciendo aaabu aaaabu aaaabu. Coge un teléfono y le pregunto "a quien vas a llamar?" y me dice "aaabu". Incluso el muy malandrín, la otra mañana al despertarse, tras estar 10 minutos parloteando en la cuna (y yo esperando a ver si le dá por llamarme), va y suelta un AAAAAAAAAAAAABU de lo más tierno.

Como os digo todo esto está hablado con médicos, ellos opinan que Pekachu está perfecto, que simplemente es más lento que otros niños, pero me sigue preocupando que su aparente independencia se deba a algo... Así que así estamos, esperando que un grupo de especialistas al que hemos enviado un formulario, lo evalúe y considere si necesita que le hagan una revisión completita, logopeda, o algún empujoncito para terminar de despegar.


jueves, 6 de junio de 2013

La maternidad de la A a la Z: C de... Coraje

Como comenté en mi post anterior, estoy que no doy a basto para escribir en el blog... Esta semana no tenía intención de participar en La Maternidad de la A a la Z... seré totalmente franca (no sé ser de otra forma), pero no me veo con el tiempo suficiente para escribir posts, leer otros blogs, responder comentarios, comentar en otros... No pretendo ser famosa dentro de la blogosfera, no pretendo tener cientos de lectores y que numerosas marcas infantiles me regalen sus productos para que escriba sobre ellos (aunque las cosas gratis me molan, y MUCHO). Cuando inicié el blog lo hice por un sólo motivo: para hablar de MIS COSAS, y con mis cosas no me refiero a una verborrea incansable de "yoyoyoyoyoyoyoyo"... no. Lo hice para hablar de mi niño, de mis chuchos, del lugar donde vivo, de las series que veo, los derrames cerebrales que me dan... porque me lo paso bien poniéndole un toque de humor a mi vida, y escribir sobre ciertas cosas me sirve de reflexión. Y me basta con eso, después de todo, es MI blog, no un periódico online.

Sin embargo anoche estaba dándole vueltas a las cosas que habían pasado últimamente, y hay una sobre la que quiero hablar. Así que creo que por ahora, esta será mi forma de participar en la maternidad de la A a la Z, será un post para definir una palabra que se relacione con algo sobre lo que quiera hablar, no sé hasta qué punto esto encaja con las "normas" sin normas de Trimadre, pero bueno, allá vamos.

La cosa sobre la que quiero hablar se puede resumir en una palabra que empieza por C. Y de verdad que esta semana hay otra cosa que empieza por C de la que querría hablar... Castamere... Pero además de que aún no estoy psicologicamente preparada para ello, eso si que no veo forma de encajarlo en mi maternidad... Así que CORAJE




coraje.
(Del fr. ant. corages).

1. m. Impetuosa decisión y esfuerzo del ánimo, valor.
2. m. Irritación, ira.

Coraje, en sus dos acepciones, encajan dentro del ámbito de la maternidad, ¿verdad? El coraje en su primera acepción, que siente una mujer en la sala de parto para empujar incansablemente, el coraje para defender a su hijo ante cualquier adversidad, el coraje para salir adelante sean cuales sean las circunstancias que le rodean... Y, no nos engañemos, el coraje en la segunda acepción,  que dá cuando el pekémon es tan tremendamente cabezota, que te lanza la comida por los aires, que patalea como un gorrinico cuando intentas cambiarle el pañal, que te muerde con toda su mala leche, o que te hace su ataque Pistola de Agua (para los no entendidos en Pokémon, algo así... increible que no encuentre un video mejor :P)
Y hasta aquí viene a ser estrictamente mi definición para la palabra Coraje. A partir de aquí os libero de continuar leyendo, porque esta ya es mi reflexión personal :P y va a ser largo... muy largo posiblemente.
A ver, expongo primero un poco la situación... Abandoné la morada familiar a los 20 años, y me fui a vivir con el Criador a unos 3000km. Como se puede imaginar, esto fue un golpe para mis padres, también para mí, no creáis... El caso es que, 7 años después,  gracias a los estupendos políticos que tenemos en España, debido a la crisis, nos tuvimos que mudar a Irlanda, y aquí nació Pekachu.
Siempre he sentido mucho cargo de conciencia por criar a mi hijo lejos de la familia, así que en estos 15 meses, ya hemos viajado a España 4 veces. Pues bien, esto trata sobre el viaje que hicimos en Diciembre, para que Pekachu y yo pasarámos la Navidad con la familia y lejos del Criador-mantenedor que tenía que trabajar esos días. Viajamos el 17 de diciembre, y esa misma noche, mi padre, que estaba rabiando porque no le concedían vacaciones para disfrutar de su nieto, enfermó.
Estuvo 3 días en casa con fiebres de hasta 39,5º sin motivo aparente. "Estará incubando un virus" dijo al doctora cuando lo vió el segundo día... pero el tercer día seguía incubando algo que no terminaba de aparecer. De ahí fue de urgencias al hospital para hacerle pruebas, esa noche quedó ingresado en planta, y al día siguiente nos llamaron para decirnos que lo pasaban a la UVI. Así, sin más, un hombre bastante joven, aparentemente sano, con unos hábitos saludables que había estado el día antes de enfermar buceando en el mar.
En la UVI pasamos la Nochebuena, Navidad, Fin de Año, Año Nuevo y Reyes... además del 2º cumpleaños de mi sobrina. El día de Navidad, lo sedaron e intubaron, tenía un fallo multiorgánico y ya casi no podía respirar por sí solo. Unos días después, empezaron con la diálisis. Los médicos no sabían encontrar el origen de todo esto, solo sabían que había un cuadro séptico, que había una infección muy fuerte causada por alguna bacteria que no localizaban. Lo único que sabían decir -unos con más tacto que otros- es que se moría.
Cada día, la hora antes de ir al hospital, era una pesadilla... Tomábamos infusiones relajantes y alguna que otra pastilla de nervios. Entrábamos en la UVI con MIEDO, sin saber lo que podíamos encontrar... La infección le había comido tambien las plaquetas y podía sufrir una hemorragia interna en cualquier momento. Y su estado fue empeorando cada día más, hasta que, de nuevo sin motivo aparente, empezó a mejorar. Le retiraron la diálisis, le cortaron la sedación y, muy muy lentamente, tras... ¿cuántos fueron? ¿20 días? despertó. Aún y así la recuperación fue -y sigue siendo- lenta, el bombardeo de antibióticos que le metieron y la morfina que lo mantenía sedado, le destrozó los nervios, además de perder toda la masa muscular... Para él, fue pasar de estar buceando en la playa, a estar totalmente inmovilizado en una cama, del resto no recuerda nada.
¿Y qué tiene que ver el CORAJE con todo esto? para una persona creyente, su recuperación fue un milagro (ni siquiera los médicos se lo terminaban de creer). Yo fui creyente durante cada día que pasamos en el hospital, pero no creo en ningun dios. Yo creía en él, en su fuerza interior, en su coraje, en que sería capaz de salir de esa. Y el coraje de mi padre no me defraudó.
También me sorprendió el enorme coraje de mi madre, ya que pobrecilla siempre ha padecido mucho de los nervios y de hipertensión. Sin embargo supo ser fuerte y ser una auténtica madre coraje, supo aguantar el tipo por sus hijos y llorar a solas cuando nadie la vió.
En cuanto a mí... sólo tengo una explicación: Pekachu fue mi CORAJE. Porque cada vez que sentía que me hundía, corría a él, a abrazarlo, besarlo, hacerlo sonreir, y era la mejor de las curas para mi corazón. Los primeros días cada vez que salía de la UVI, corría a la sala de espera donde aguardaba algún amigo de la familia cuidando de él y automáticamente mi pena quedaba en segundo lugar, es como si de alguna forma, la pena se quedara encerrada dentro de la UVI. Cuando vimos que la cosa se alargaba, ya lo dejábamos en casa de dos vecinas (con las que estoy enormemente agradecida), e igualmente, en cuanto salía del hospital, sólo quería estar con mi niño y oir su risa.
Mi pequeño me transformó en una auténtica leona, tenía coraje para todo y para todos. En esos días me peleé con varias enfermeras, con un grupo de niñatos que lanzaron un balonazo hacia la puerta del edificio, por donde estábamos entrando con 2 carritos de bebé, un niño de unos 4 años y una señora mayor. También con el imbécil que vino a defender a los niñatos y amenazó a mi madre. Cuidé de mi madre -aunque no pareciera necesitarlo-, cuidé de mi hermano -que aunque tambien es padre, creo que esto del coraje solo va en el gen femenino-, y confié una y otra vez en mi padre... Y dejé que Pekachu me cuidara a mí. Él era lo único que aún en esa situación, nos hacía sonreir a diario a todos. Recuerdo la "gracia" que me hizo un día que no teníamos a nadie que nos cuidara a Pekachu ni a su primita de 2 años, así que tuvimos que llevarlos al hospital y rotarnos en la sala de espera para poder visitar a mi padre. Como dos niños que son, se pusieron a hacer el tonto y a reirse, cuánto más reía uno, más gritaba el otro, y al revés. Pues una mujer vino a decirme que ese no era lugar para tener a niños, y que tuviera un poco de respeto y los hiciera callar, que allí la gente tenía a familiares muy graves. Debió de ser cosa del coraje, pero sencillamente le sonreí, le dije que no tenía quién me cuidara a los niños, que eran niños y no podía evitar que rieran, y que mi padre se estaba muriendo. 
Juraría que me peleé con más gente... Supongo que también en parte todo el sufrimiento estaba sacando mi coraje en su 2ª acepción del diccionario "Irritación, ira." Pero de todo saco en claro dos cosas:
- El amor que tengo hacia mi familia, y el coraje que pusimos todos de nuestra parte para ser el apoyo de los demás.
- Y que cuando Pekachu sea mayor, le contaré todo esto y le daré las gracias una y otra vez por darme el valor para afrontar la que hasta ahora ha sido la situación más crítica y desgarradora de mi vida.

Y a continuación os dejo con la visión del Criador sobre la palabra Coraje, que se la he impuesto y no le he dado tiempo a pensar en ella.

La paternidad de la A a la Z: C de... Coraje

Coraje. La valentía es algo que va unido a tener un hijo, ya sea por tenerla o por carecer de ella. Yo soy una persona de natural asustadiza, por lo que cuando la Criadora me dijo que estaba embarazada no podía dejar de ver los peligros de la situación. Un embarazo difícil, un parto peligroso, que Pekachu no viniera al mundo como debía o que directamente no llegara a nosotros. Pero a diferencia de muchos miedos, los miedos relacionados con la paternidad no pueden esquivarse, ignorarse o dejar que los solucione otro. Tienes que enfrentarte a ellos y no dejar que te dominen.

Según Pekachu crezca, unos miedos reemplazarán a otros. Ya no tendremos miedo de que se asfixie en su cuna, o de que se caiga mal y se abra la crisma, pero tendremos miedo de que le pille un coche, le peguen en el colegio o se junte con la gente equivocada. Y está bien, porque no se puede ser padre sin tener miedo. Y no se puede ser valiente sin tener miedo.

El verdadero coraje consiste en conocer y controlar el miedo. Me gustaría poder decir que esta frase tan profunda la dijo Einstein, ya que aparentemente está de moda atribuirle cosas que nunca ha dicho, pero en realidad es del druida Panorámix.


miércoles, 5 de junio de 2013

¡Me falta tiempo!

Lo sé, lo sé... ultimamente tengo el blog abandonadísimo :( No sé exáctamente a qué se debe, pero creo que gran parte de la culpa le corresponde al buen tiempo que hace. Como he mencionado alguna vez vivo en Irlanda, concretamente en Cork... Cork en cuanto a climatólogia se resume en esto:



Luego está el auténtico verano... hay un dicho por aquí que dice que el verano es el mejor DÍA del año... Pues bien, llevamos como una semana de verano... ¡una semana entera! O más, en la que no ha llovido, creo que he perdido la cuenta... Así que como buena irlandesa de adopción, es mi deber aprovechar el sol, hacer la fotosíntesis y dar larguísimos paseos con mis pekémons, antes de que se acerque el invierno... (mierda, y ahora me he acordado del último capítulo de Juego de Tronos.......... SHIT).

Sin embargo, volveré... ¡lo prometo! Además estoy galardonada con varios premios y tengo pendiente la recogida... he hecho he empezado a escribir la entrada... ¡paciencia, porfi! También volveré con la Maternidad de la A a la Z, cuando mi cabeza quiera pararse a pensar en la siguiente palabra...

Mientras tanto, os enseño la última evolución de Pekachu



Él va a su ritmo... los dos primeros dientes, incisivos inferiores, aparecieron a los 9 meses, y ahora a los 14, los paletos que veis en la foto, y los incisivos laterales superiores estan a puntito tambien

jueves, 30 de mayo de 2013

La maternidad de la A a la Z: B de... Breve

Con un poquito de retraso, pero nuevamente aquí estoy esta semana para aportar mi granito de arena al Carnaval creado por Trimadre a los 30


La palabra "breve", cuyas primera acepción en la RAE es "De corta extensión o duración"... quizá no sea la primera palabra que se te pase por la cabeza cuando piensas en la maternidad, pero es una sensación que te ronda mil veces sin que te des ni cuenta... 

Como os digo, no fue la primera palabra en la que pensé cuando decidé participar esta semana con la B en el Carnaval. Primero pensé en besos, en belleza, bonito, bondad... incluso le pedí sugerencias a las grandísimas amigas que conocí en BBC: biberón, babas, Boba (la mochila portabebés que uso), balbuceos...¡incluso busto! Y os juro que sentí tentación de hablar sobre tetas, pero estando en ese estado permanente de duermevela en el que paso las noches desde que nació Pekachu, me bajó la inspiración: Breve.

Supe que estaba embarazada estando de 8 semanas. En ese momento parecía que faltaba muuuuucho tiempo para ser mamá. Cuando estaba cada mañana lavando los platos y tenía que irme corriendo al baño a potar, parecía que el embarazo se me haría eterno. Cuando mi tripilla era apenas imperceptible, parecía que jamás crecería. Sin embargo, de pronto me ví el hospital, empapada en sudor, agotada y embelesada mirando a mi bebé, y me di cuenta de lo tremendamente BREVE que me había resultado mi embarazo. De que ya no sentiría más esas patadas dentro de mí, de que mi tripa no daría más saltitos interminables cada día avisándome del hipo de mi pequeñajo, de que ya no seguiría mirándome de lado en un espejo llena de orgullo, y arrepintiéndome de las pocas fotos que me había hecho durante el embarazo (sí, me obsesiona un poquito el tema de la fotografía). Como os comenté en la entrada anterior, además aquí empezó a trabajar a pleno rendimiento la amnesia del embarazo, y no recordaba ese agotamiento, esa ciática y esa pubalgia que me habían hecho sentir que el embarazo era eterno... Ahora se me hacía tremendamente BREVE, demasiado breve, demasiado rápido, demasiado corto....

Una vez nacido mi pekémon, la cosa no mejoró, al contrario. Lo miraba y me preguntaba cómo sería cuando creciera un poco más, como sería su voz, cuándo empezaría a sonreir, a balbucear, a gatear, a decir "mamá"... Parecía que tenía prisa por verlo crecer, sin embargo su etapa de recién nacido fue tremendamente BREVE. Creció, lo ví sonreir por primera vez, oí sus primeros gorjeos, nos dió sus primeras muestras de cariño, cuando aprendió a arrastrarse por el suelo como un gusanito, cuando al fin descubrió cómo darse la vuelta.... aprendió a decir "adiós", a dar palmitas, a gatear correctamente, a caminar agarrándose a todo cuanto pillaba... Y todo pasó sin darme apenas cuenta... para mí era sólamente un día, un mes, un año... ¿qué es un año para la vida de un adulto? Sin embargo, para un bebé... es mucho, mucho tiempo, y son demasiados los cambios que se producen en su vida para un espacio tan breve de tiempo.

Está a punto de cumplir los 15 meses, cada día es menos bebé, y es más niño, y su etapa de bebé ha sido tan, pero TAN BREVE, que duele sólamente pensarlo. Cada pequeño avance que hace, cada pequeño pasito en su crecimiento, me llena a la vez de tanto orgullo y tanta pena... porque ahora le veo esa cabecita llena de pelo que ya se empieza a enredar y me da pena recordar cuando era un peloncete y yo me preguntaba cómo sería su pelo... Ahora le veo esos dos dientecitos, y deseo que le salgan más para ver cómo será su sonrisa, pero a la vez echo tanto de menos esas encías rosaditas...  Ahora lo oigo parlotear en su propio idioma, y aunque estoy impaciente porque diga sus primeras palabras, echo tanto de menos esos ruiditos de cuando no sabía controlar sus cuerdas vocales.... Y ahora que lo veo caminando sin cansancio cogido de mi mano y lo intento motivar cada día para que se suelte, echo de menos cuando era una bolita de carne rosadita en mi regazo que apenas lograba mover sus brazos.

Así que esta es una de las cosas que siento sobre la maternidad, lo tremendamente BREVE que es, porque aunque siempre estemos ansiosas por ver a nuestros hijos crecer, estoy segura de que, incluso cuando seamos unas viejitas esperando la visita de nuestros nietos, tendremos la sensación de lo breve que ha sido todo, de lo rápido que ha pasado el tiempo, y de que teníamos que haberlo aprovechado más.

Y os dejo la definición de Breve del Criador, que al final se ha parecido mucho, pero os juro que lo hemos hecho de forma independiente sin hablar sobre ello, ¿eh? :P


La paternidad de la A a la Z: B de... Breve

Breve. Cuando tienes un crío te das cuenta de la verdadera velocidad del paso del tiempo. Los 15 años antes de tener a Pekachu fueron una nota a pie de página en mi vida - 15 años en los que no soy capaz de recordar cambios físicos, emocionales o sociales salvo por los más importantes. La vida pasaba perezosamente, con un hito aquí y un acontecimiento allá, pero sin que su pasajero se diera cuenta de su pasmosa velocidad. Como un planeta en órbita.

Ahora que Pekachu está entre nosotros me doy cuenta de lo vertiginoso que es el paso del tiempo. Cada día hay cambios. Hace poco más de un año Pekachu retozaba en su cuna todo el día, ajeno a todo lo que había a su alrededor salvo los cinco minutos cada cuatro horas que había que alimentarlo. A los pocos meses empezó a arrastrarse por el suelo torpemente, sonriendo a todo cuanto encontraba a su paso. Casi sin darnos cuenta empezó a gatear y a perseguir a los perros imitando sus ladridos. ¿Que hará mañana? ¿Se pondrá de pié? ¿Dirá papá o mamá? ¿Como nos sorprenderá? ¿Somos conscientes de que antes de que nos demos cuenta estará en el colegio, se echará novia (o novio) y tendrá sus propios niños que le fascinen?

La vida es breve, y lo más sorprendente de todo es que ha sido un bebé el que nos enseñara algo tan simple.


sábado, 25 de mayo de 2013

Día del orgullo Friki... sí, existe!

Me gusta ser friki... me gusta disfrutar con una buena película o serie de ciencia ficción, de súper héroes, de magia, dragones y demonios. Me gusta ser otaku, y tener estanterías llenas de mangas, descargar mil series de anime, comprar Nendoroids para decorar mi salón, escuchar J-Pop y J-Rock, incluso ver Doramas (que lacrimógenos que son en su mayoría, ¿eh? Vaya enganche y trauma que pillé con Sekachu)

Me gusta, porque, al contrario de lo que pensaba la mayoría de la gente (ahora ya cada vez menos, por suerte), no soy rara, simplemente tengo más cosas con las que disfrutar y divertirme, incluso es más fácil para mi entorno darme regalos, siempre saben que van a acertar con alguna chorrada pseudo friki.

Como os comento, ser friki hace unos años era más durillo. Más para mí, una chica y además de Canarias, donde al vivir en islas, estamos más aislados (valga la redundancia), era toda una rareza... Además que era muy dificil satisfacer tus ansias de adquirir productor frikis -que ya sabemos, el despilfarre de dinero en pijaditas es el punto débil de cualquier friki que se precie-, recuerdo que en todo S/C de Tenerife sólo había un pequeño kiosko en la Plaza Militar donde vendían manga.... y ni pensar en encontrar merchandising de ningún tipo que no fuera por internet, pero claro, hace 14 años no era muy común eso de las compras online.

Luego me fui a vivir a Barcelona... ¡eso sí que era un paraíso friki! Casi cada fin de semana, el Criador y yo nos íbamos a dar "un paseo" por el centro, que consistía en una busca y captura saltando de tienda en tienda: Norma-Gilgamesh-Continuará-Fnac... A parte claro del cada vez más ruinoso Salón del Manga.

Nuestro punto álgido como frikis, llegó en 2009 cuando nos dimos "un saltito" a Japón. 15 días entre Tokyo y Kyoto disfrutando como enanos, dejándonos la vida -y los bolsillos- en ver, comprar, comer y visitar todo lo friki-humanamente posible... quizá una persona atlética y activa hubiera visto más, pero oye, para ser 2 frikiadictos a los sofales, bastante que vimos, comimos y gastamos.

El caso es que quizá todos los "me gusta" que he escrito, tendría que cambiarlos por "me gustaba". No sé si ha sido por mudarnos a Cork (Irlanda), donde de nuevo como friki te puedes ver un poco frutrado; no sé si puede haber sido por la edad, una se hace mayor y adquire gustos de señora....; o quizá simple y llanamente ha sido por el nacimiento de Pekachu, pero ya no disfruto tanto de ser friki. O quizá sí que lo disfrute, pero el tiempo libre de que dispongo no es el suficiente para seguirme sintiendo una friki de primera... Fijáos como será la cosa, que el Criador se siente hasta defraudado conmigo, y dice que ya no soy más que una simple Muggle (para los no puestos en el tema, las personas no-mágicas del mundo de Harry Potter), y oye, ¡eso hace daño a mi pobre corazoncillo! 

Pero tiene razón, si no hubiera sido por el post publicado por Padres Frikerizos -blog que os recomiendo porque son papás y frikis, combinación explosiva y súper divertida-, ni siquiera hubiera recordado que hoy era el Día del Orgullo Friki... Snif, estoy hecha una sucia muggle :(

Así que, a todos y cada uno de vosotros (porque TODOS tenemos un puntillo friki escondido en algún rincón), os deseo un muy feliz Día del Orgullo Friki, y que le rindáis homenaje de alguna forma pegándoos algún puntazo friki. Yo, por mi parte, voy a aprovechar la siesta de Pekachu para hacer un poco de ¡pium pium! Zasca, zasca! matando bichos en el WoW

Imagen extraída de la web oficial http://www.orgullofriki.com/