sábado, 18 de mayo de 2013

Nuestro segundo ¿o sería el tercero? pekémon

Ay, Leo, Leo, Leo... ¿qué se me pasó a mí por la cabeza para coger otro chucho? Pues os cuento

Estando yo en el quinto mes de incubación del que debía ser nuestro 2º y (por el momento) último pekémon, fuimos mi chico y yo a buscar un vestido de premamá molongui para la fiestuki de navidad de la empresa para la que él trabaja (cosas de vivir en Irlanda, las empresas molan y se lo montan bien). El caso es que aún no conocíamos muy bien el centro de la ciudad, así que miramos en google antes de salir, para ver cómo llegar a H&M, donde había visto en su catálogo online una preciosidad de vestido.

Pero, haciendo honor a mi ya bien conocido sentido de la orientación nulo, buscando la tienda nos perdimos (culpa de mi chico por fiarse de mí). Y perdidos cómo estábamos, pasamos por delante de una tienda de animales con aspecto de mala muerte, y por algún motivo que no entiendo miramos hacia dentro... Y veréis, el caso es que en Irlanda no SUELES ver tiendas en las que vendan animales, está bastante mal visto aquí... así que nos sorprendió sobremanera ver en el suelo de la tienda un corralito con una camada de carlinos... En ese momento debíamos de habernos hecho los locos y seguir adelante en busca de mi vestido, peeeeeeeeeeeero, mi chico me preguntó si quería verlos, y yo impulsada por la tontería, le dije que sí.

Así que allí estaban, 3 cachorritos de carlino hiper regordetes y apretujables.... Una hembra color crema, y dos machos negros, uno bastante mono, gordote y grande, y otro con cara de mono y más pequeñajo. Os soy sincera, la verdad es que desde hacía tiempo estábamos con la idea de tener un segundo perrito, queríamos un compi para Princesita Rukia, y me encantaban los carlinos negros... eso sí, siempre tuvimos claro que querríamos una hembra, llegado el momento que, por supuesto, no sería tan pronto, queríamos esperar a que el peque naciera y creciera un poquito...

Peeero, de nuevo, impulsada por la tontería, las hormonas del embarazo, y juraria que Pekachu estaba desde dentro lanzando impactruenos y ronroneos varios, me agaché y me puse a jugar con las bolitas de pelo. Mi chico mientras iba hablando con el dueño... resulta que no eran carlinos (pugs en ingles), eran Jugs (mezcla de carlino y jack russell), así que costaba una tercera parte de lo que costaria un carlino de verdad.... y como a mí el tema pedigree me importaba bastante poco, lo ví como un regalo del cielo (aunque ahora valoro más lo de que sea de una raza de verdad, ejem.... ya entenderéis por qué). La hembra crema era mona, pero la pobre estaba descartada para mí por no ser negra... y me centré en los dos machos..... los cogí, jugue con ellos, los miré bien buscando algun rasgo de jack russell (y no los tenian) y le preguntamos al dueño por sus "personalidades". "El gordote sólo es rápido para llegar al bol de la comida, pero tiene una cara muy mona... el otro pequeñajo es mucho más divertido, se pasa el día jugando". Sabéis cual escogí, ¿no? Ajá, salimos de la tienda con el canijo hiperactivo con cara de mono, de un vendedor por cierto bastante poco fiable (nunca más...).

Y lo llamamos Leo (sí, so listillos, por Leo Messi, me confieso, somos culés, pero culés suavecitos eh?), y pocos días después, pasó a ser Gorileo. Al principio la Princesita Rukia pensó que era su nuevo juguete, pero pronto se dió cuenta de que más bien era un castigo no intencionado... Era malo como el demonio, no paraba quieto un segundo, mordía todo y a todos... "es un cachorro -pensábamos- ya se le pasará cuando crezca".... mudó los dientes, y seguía mordiendo muebles, además empezó a hacer intentos por montar a Rukia "Pues nada, en cuanto cumpla los 6 meses lo castramos, y se calmará" pensábamos.... Sus bolitas pasaron a mejor vida, y siguió mordiendo todo, siguió tirándose encima de las visitas para morderles el pelo, siguió montando a Rukia, y siguió siendo un demonio de perro.... De ahí que os comentara que a partir de ahora sí que doy valor al pedigree de un perro, porque este jodío cogió todo lo malo del Jack Russell...




No os engañaré... nos planteamos deshacernos de él en varias ocasiones... 1 bebé y 2 perros, uno de ellos un cachorro lleno de energía, fueron durante una época demasiado para mí, que me pasaba la mayor parte del día sola en casa. Pero sencillamente es algo que va en contra de mis principios, y que sé que pasaría el resto de mi vida lamentando... a parte claro de que al fin y al cabo el maldito se sabe hacer de querer: es muy cariñoso (demasiado), muy sociable (demasiado), hace mucha compañia, más que Rukia (demasiado tambien a veces), es algo más obediente que Rukia, y sobretodas las cosas, la relación que tiene con Pekachu es impecable... Todo lo malo que es con el resto del mundo, es todo lo contrario con él... jamás ha sido bruto, se deja hacer de todo, se adoran mutuamente...


Este extraño pekémon tiene principalmente un sólo ataque... se metamorfosea en Lickitung y copia su habilidad Lengüetazo (también conocido como LEO PARAAAAAAAAAAAAAAA)


Gorileo (también conocido como Dientes) con su extraño color

2 comentarios:

  1. Yo añadiría el ataque muerde-pelo, ya sabes, le gusta eso de mordisquearte el pelo, pero de la cabeza claro....

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    1. Tienes razón, ese es su ataque final ultra mega potente y peligroso -_-

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